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jueves, 18 de febrero de 2010

Habitaciones dobles

Uno de los conflictos más frecuentes entre los residentes se origina en las habitaciones dobles. Se quejan porque la compañera o el compañero enciende la luz, porque no habla o porque habla demasiado, por cualquier menudencia que ocurra. He tenido que intervenir en innumerables ocasiones y he cambiado habitaciones para intentar encontrar una relativa armonía. Muchas veces me he parado a pensar lo que ocurriría si a mis ochenta años me pusieran a convivir con una extraña que puede caerme bien o mal y con la que puedo no tener absolutamente nada en común, supongo que la más regruñona de los residentes de mi centro sería un angelito a mi lado. No me gustan las habitaciones dobles y no digamos ya las triples que en algunos centros he visto, soy consciente de que tienen que existir por cuestiones económicas y de espacio pero no es la opción que yo elegiría. Las personas con demencia no tienen problemas e incluso puede ser beneficioso que estén acompañadas, pero el resto no. Casi todos en un momento determinado expresan de un modo u otro lo bien que estarían sin compañía en la habitación, con su espacio totalmente privado y con un baño no compartido. Uno de los temas que también me preocupa es la falta de intimidad que hay en las residencias y que el tener habitaciones dobles potencia. Ellos no son conscientes pero es así. Las gerocultoras entran a duchar a una de las personas y no le pueden decir a la otra que salga de la habitación, al fin y al cabo es también suya. Los que están en habitaciones individuales tienen mucho más sentido de propiedad de su espacio que el resto, es su lugar y no lo comparten con nadie.¡ Iré pidiendo habitación individual!

1 comentario:

  1. Leo con frecuencia su blog en el que nos describe, nos fotografía, yo diría que con brillantez, todo lo que lleva consigo el transcurrir de una Centro Geriátrico, o como se suele denominar a nivel de calle, una Residencia de Mayores.
    Escribe sobre los problemas de convivencia en habitaciones dobles, constatando detalles e historias en las que se mezclan todo tipo de sensaciones, agudizadas por la edad y en muchos casos, supongo, por el deterioro mental y físico. Esa visión interior que nos relata está llena de realismo por lo que agradezco ése tipo de información que considero mucho más fiable que la tergiversación o medias verdades que los medios de comunicación, en ocasiones sedientos de sensacionalismo, vierten a la opinión pública.
    Nos relata ésos problemas que a veces surgen entre los ancianos que comparten el espacio más o menos reducido de una habitación, aunque no es ni más ni menos que una parte ínfima de la deteriorada convivencia entre pueblos, entre países, entre culturas, y desde luego en espacios infinitamente más abiertos y espaciosos.
    Aboga por las habitaciones individuales porque ofrecen libertad e intimidad, amén de sentirse propietarios de su espacio no compartido, y desde luego estoy de acuerdo, lo considero un logro social y humano, pero no puedo por menos de recordar la visión de ésas parejas de ancianos que a menudo se ven paseando y cogidos de la mano, a ésos Sr. Directora ofrézcales una habitación doble, para seguir teniendo su intimidad compartida, y a mí, si me permite el atrevimiento, llegado el momento, si llega, y me encuentro sólo, no alimente mi soledad ofreciéndome una habitación individual!

    Le animo a seguir con sus aportaciones.

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