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domingo, 28 de noviembre de 2010

Deshidratación

Hace unos días tuve la oportunidad de cambiar impresiones con un geriatra del País Vasco. Estuvimos hablando del tema de las personas mayores en los hospitales. Con demasiada frecuencia los familiares se quejan de que cuando han sido ingresados se les ha dicho que llegaban deshidratados y nos lo transmiten en forma de queja hacia los cuidados de la Residencia. Lo que no se les explica a esos familiares por parte del hospital que una persona mayor aquejada de cualquier proceso agudo en cuestión de horas manifiesta ya síntomas de deshidratación. Tanto es así que muchas veces se produce en el tiempo que media entre la salida del Centro y la llegada al hospital.


El tema de la ingesta de líquidos en nuestros residentes es para nosotros un tema primordial, de forma pautada hacemos beber agua o zumo fuera de las horas de comida y nuestro trabajo nos cuesta. Algunos de nuestros residentes aprenden cuál es el diurético que se les está dando y con el fin de evitar la incontinencia ocultan la pastilla para no tomarla. No entienden que cuando toman el medicamento disminuye la cantidad de líquido que circula por los vasos sanguíneos ayudando a disminuir la tensión arterial y el esfuerzo que necesita el corazón para bombear la sangre por todo el organismo.

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) tiene elaborado un documento consenso sobre Pautas de hidratación con bebidas con sales minerales para las personas mayores.

Sus recomendaciones generales son:

• Beber diariamente una ingesta adecuada de líquidos (mínimo 2 litros/día), fundamentalmente agua y otro tipo de bebidas y alimentos con alto porcentaje de agua que facilitan el cumplimiento de ingesta de líquidos.

• Ante ciertas situaciones se debe aumentar la ingesta total diaria pudiendo llegar a ser superior a 3 litros (estrés, ejercicio físico, condiciones ambientales, aumento de la temperatura corporal, vómitos, diarrea…).

• La ingesta deberá ser gradual, siendo mayor por la mañana y media tarde, para disminuir la frecuencia de micciones nocturnas.

• Es muy aconsejable ingerir 1-2 vasos de agua al levantarse, pues produce un efecto peristáltico y evita el estreñimiento.

• En cada comida principal, se deberá tomar un vaso de agua, ya que facilita la ingestión de sólidos. Se deben evitar cantidades superiores, pues producen saciedad por el llenado gástrico.

• El resto de líquidos se deberá repartir en los periodos entre comidas.

• La ingesta de líquidos debe ser variada y puede provenir de alimentos (frutas, verduras, caldos,...) o bebidas (agua, zumos, infusiones, refrescos, bebidas con sales minerales...).

• Sólo se debe reducir la ingesta o tipo de líquidos por indicación médica

• La temperatura del líquido ingerido debe estar entre 11º C y 14º C.

• Los sabores variados favorecen la ingesta adecuada de líquido.

En nuestro Centro tenemos constatada la importancia que tiene que la persona mayor esté concienciada de los beneficios de los líquidos en su vida diaria y que su incontinencia no sea un obstáculo para su ingesta.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Lo que ven las familias

Hoy vengo disgustada de mi trabajo. Hemos tenido un nuevo ingreso y la ley de Murphy se ha cumplido. Hace días hicimos cambios para acoplar a los nuevos residentes y su habitación quedó cerrada desde el sábado pasado. Nadie se percató que no funcionaba la luz del baño, ni la general ni la del espejo. También es verdad que hay personal que aunque lo vea ni lo percibe. Ayer notamos que el Centro estaba un poco más frío de lo normal, hablé con el servicio de la calefacción y me comentaron que habría que poner más horas ya de calor y que pasarían por la tarde, no lo hicieron. Esta mañana no había agua caliente ni calefacción, avisé inmediatamente para que acudieran con urgencia. A media mañana se hizo el ingreso y cuando ya llevaban un tiempo en la Residencia, la familia vino muy enfadada a mi despacho y me preguntó si teníamos calefacción, les expliqué la incidencia y para mi asombro no me creían, dudaban que tuviéramos calefacción en el edificio, que varios residentes les habían comentado que no. Me sentí mal, el año pasado hicimos un gasto enorme en combustible, tuvimos una temperatura exagerada y aún así hubo algún residente que protestaba. Esta situación me supera. Las familias aceptan como verdadero lo que cualquier residente les cuenta creyendo que nosotros les vamos a engañar siempre. Del mismo modo continuamente tenemos alguno que se autoproclama líder y toma como fin de su vida informar a los familiares de las incidencias de todos y casi siempre con verdades a medias o incluso situaciones fabuladas, es curioso porque suele ser alguien poco tolerante con los que están peor y que no les aguanta ni pasa ni un segundo con ellos, pero eso sí, para la familia es el cuidador principal de todo el Centro y le buscan para enterarse de lo que “supuestamente” nosotros no les contamos. Esta tarde hablé otra vez con la familia, ya estaba el técnico arreglando el problema y les trasladé mi malestar por haber dudado de nuestra palabra. Y cuando digo la nuestra, lo digo porque aparte de hablar conmigo fueron preguntando a todo el personal que estaba esta mañana si había o no calefacción, supongo que intentando que alguien dijera que no. Ellos me decían que perdonara pero que en la televisión salen muchas residencias con “cuestiones raras” y que ellos no les habían llevado a otra que habían visitado y que les parecía un “hotel de cinco estrellas” porque la nuestra era más asequible de precio. En ese momento me sentí todavía peor, yo dirijo un centro pequeño, rural, donde no se escatima el gasto necesario para garantizar una calidad real y superior a la de otros centros donde se cobra por todo, no pretendemos ser un hotel de cinco estrellas. Los que trabajamos allí gastamos mucho tiempo que robamos a nuestras familias en formarnos y mejorar cada día. A veces me pregunto si no sería mejor cobrar 200€ más a cada uno de ellos y adornar nuestro servicio de todo aquello que hace que unos sean “hoteles de cinco estrellas” y otros seamos sospechosos por ser más económicos.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La importancia de los protocolos

Estos días ando muy atareada modificando protocolos e intentando simplificar y clarificar todo el día a día del Centro. A veces me desespero, dejo escrito todo un compendio para realizar de una manera uniforme cualquier tarea y de pronto alguien deja de cumplirlo sin razón alguna, y cuando me quiero dar cuenta se ha dejado de lado el protocolo. De pronto alguien me comenta que está cumpliendo algo que hemos estipulado e incluso consensuado, pero que la persona de otro turno no lo hace y que se están originando problemas. A veces no se entiende de una manera clara que todos debemos realizar las tareas del mismo modo y en el mismo tiempo. Es curioso que los residentes jueguen con nosotros y consigan sus caprichos, muchas veces por no cumplirse los protocolos o los acuerdos para realizar las tareas con ellos. Hace unos días se nos planteó el problema con una señora que dependiendo de la gerocultora que estuviera quería que se la desvistiera o vistiera, se le pusiera el pañal de incontinencia, y que a las 3 de la mañana se fuera a su habitación a levantarla para ir al baño. La señora es válida y con un nivel cognitivo normal. Decidí hablarlo con ella y su razonamiento era que sus hijos habían decidido que ella ingresara porque necesitaba ayuda y que si algunas gerocultoras habían hecho con ella esas tareas, por qué ahora no. No valía de nada mi argumento de explicarle que debía hacer ella sola las actividades de la vida diaria mientras pudiera, que eso iba en su propio beneficio. A veces las gerocultoras les comentan a los residentes, que si quieren que se les ayude en todo les tendremos que cambiar de grado de asistencia y que eso conlleva un aumento en el precio. En algunos surge el efecto deseado pero en otros al contrario, terminan diciendo que si hay que cobrarles más que lo hagamos. En algunos casos la gerocultora se siente presionada o tiene la sensación, que si no hace algo, aunque sepa que no debe, se va a sentir mal. En otros quiere ser la “buena” de la película y consigue al final el malestar con sus compañeras. En los próximos días vamos a reunirnos para sentar unos sólidos principios o acuerdos de actuación, y dejar por escrito todas las tareas que debemos hacer con cada uno de ellos, con el convencimiento que podemos hacerlo porque son pocos, pero aún así es una labor que nos va a llevar mucho tiempo. El compromiso es que se cumpla tal y como lo acordemos. Dentro de unos meses veremos el resultado.