martes, 24 de mayo de 2011
Otra forma de afrontar la vejez
He visto esta mañana en televisión una pequeña tertulia y reportaje en torno a la iniciativa de un grupo de personas con edades en torno a los 70 años de crear una cooperativa de viviendas adaptadas autogestionadas por ellos. Un proyecto sobre el papel utópico y maravilloso. Sin embargo me surgen bastantes interrogantes en torno a su viabilidad tal como lo plantean ellos. Creo que este tipo de forma de vida es muy positivo y alentador, sin embargo deben estar de alguna manera integrados en un centro residencial. No se trata de que sean parte de un centro geriátrico sino que de alguna manera las personas que viven en estas viviendas puedan en un momento determinado recibir una atención especializada si su situación les convierte en dependientes. ¿Qué ocurre si cualquiera de ellos de un día para otro ve mermadas sus capacidades físicas o mentales de una manera drástica? Las soluciones tienen que ser prácticas y rápidas. Hace tiempo oí hablar de unas viviendas en la costa granadina que dependían de una federación, cuando las personas dejaban de poder atenderse por sí mismas pasaban a un centro residencial de la misma federación. Construir estas viviendas como otro servicio más de un centro sería la solución, entendiendo que fueran totalmente independientes del funcionamiento del mismo pero que al mismo tiempo permitieran el uso de sus recursos cuando fueran necesarios. He oído en el programa también la opinión de una geriatra, una profesional a la que conozco y con la que he trabajado en un proyecto de calidad en centros residenciales y que pedía que estas iniciativas tuvieran la colaboración de médicos especialistas en geriatría. No estoy del todo de acuerdo. Creo que donde es imprescindible y urgente que estos especialistas estén presentes es en cada hospital de nuestro país, creo necesaria la creación inmediata de unidades geriátricas en cada ciudad pero no que estas viviendas deban contar especificamente con geriatras. Al fin y al cabo se trata de vivir el mayor tiempo posible de una manera normal e independiente.
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Quien niege o no quiera ver la realidad de los problemas de los mayores es que no le preocupa su futuro, cuando no su presente. La pirámide demográfica lo dice con luz y taquígrafos, éste pais envejece a marchas agigantadas y no se observan movimientos políticos ni sociales que vayan encaminados a regular de una manera definitiva, sin parches, todos los protocolos y actuaciones para poder mirar unos, y disfrutar otros, de unas políticas geriátricas acordes con la situación que nos ha tocado vivir.
ResponderEliminarHe visto, al igual que Ud., ése programa, la parte a la que hace alusión, y la idea me ha parecido acertada en cuanto todas ésas personas que exponían sus proyectos sean totalmente independientes, es decir, que no necesiten ayuda importante para el desarrollo de sus actividades vitales, y estoy de acuerdo también en la presencia de profesionales geriátricos que les amparen, cuiden y supervisen clínicamente, aunque aquí habría que hacer un paréntesis, y no es otro que el solicitar mucho antes la presencia de médicos geriatras en los hospitales públicos con ésas unidades geriátricas a los que hace referencia, y que si ésos proyectos pueden permitirse la presencia de especialistas en geriatría, los tengan, muy bienvenidos sean, pero antes se resuelva, por favor, la presencia de éstos médicos en la sanidad pública.
De cualquier forma, no sé el cauce, no creo tampoco que sea imposible, pero sus reflexiones, sus experiencias, y sus puntos de vista, deberían llegar a las personas que tengan la posibilidad, la competencia, o margen de maniobra como se dice ahora, para ayudarse en sus planes de actuación política. Los que leemos éste blog, y que en principio no somos de la clase política ni profesionales de la sanidad, agradecemos personalmente éstas aportaciones y las apreciamos como bocanadas de aire fresco.
Como siempre le animo a que siga con sus reflexiones porque estoy seguro que muchos se aprovecharán positivamante de ellas.
Un saludo.