Vistas de página en total

jueves, 24 de abril de 2014

Organizar el trabajo centrándonos en la persona

Llevaba algún tiempo reflexionando sobre los horarios de nuestro Centro. Los mayores se levantan demasiado temprano y se acuestan en esta época del año siendo de día. Me preocupaban las personas más dependientes que tienen que ser acostadas antes de que finalice el turno de tarde-noche, no protestan, claro que no, pero su horario no esta pensado para ellos sino para la organización del trabajo y avanzando en la atención centrada en la persona había que dar un pequeño giro. Las personas válidas tienen total libertad para acostarse cuando quieran así que di un paso adelante y he propuesto que todos los horarios se atrasen una hora. Eso significa que el turno de mañana entra una hora más tarde, de ese modo los baños se atrasan también, que salga una hora más tarde y así con todos los turnos. Ellos van a levantarse una hora más tarde, a desayunar, comer y cenar también una hora más tarde y por supuesto a acostarse. Tengo que confesar que pensé que iba a haber malas caras o protestas pero me siento muy orgullosa del equipo que formamos. Las personas a las que ya se lo he comunicado entienden perfectamente que es necesario para nuestros residentes y aunque no todo el mundo lo asuma así, si es verdad que la mayoría comprenden que el modelo de atención que prestamos tiene que cambiar. Nuestros centros se han organizado siempre con el modelo de hospital, tanto en horarios como en organización del trabajo. Es muy complicado cambiar de un día para otro, quizá lo más importante, como me recordaba hace poco un funcionario de nuestra Comunidad, es que todo lo que cambiemos lo hagamos porque creemos en ello y no porque nos arrastre la corriente. También tengo el convencimiento de que no sólo con formación se puede hacer un cambio tan importante, creo que hay que hacer una labor de concienciación diaria, de hablar y dialogar de nuestras tareas, de la forma de hacerlas, de pensar siempre si esa forma nos beneficia a los trabajadores o a la persona que atendemos. Si diariamente nos hacemos esa pregunta y la respondemos con sinceridad los cambios vendrán dados, solo hace falta nuestra voluntad y el pensar cada día que esa persona a la que estamos “dirigiendo su vida” vamos a ser nosotros dentro de unos años.