Hoy como muchos días he comenzado el día leyendo opiniones y artículos de otros profesionales. Leo a menudo a Josep de Martí, sus comentarios y observaciones son realistas y basados en la experiencia. Su entrada en su blog del 16 de enero me ha llamado la atención porque lo que refleja es algo que yo me planteo en muchos momentos de mi trabajo.
También es cierto que por más vueltas de tuerca que le doy al asunto no logro llegar al punto medio adecuado. Que los centros deben dejar de ser rígidos en su organización y funcionamiento es algo que tenemos más que asumido, que debemos implantar el modelo de atención centrado en la persona es algo necesario y que nos impulsa al cambio. ¿Pero dónde está el punto medio?
Hace unos días en nuestro centro comenzamos a elaborar los diez mandamientos de nuestros residentes, identificando y anotando las diez preferencias de la persona usuaria en relación a su atención. Estamos empleando mucho tiempo en esta cuestión porque nos parece que es motivadora y el resultado hasta el momento es un tanto frustrante, pongo dos ejemplos. Una residente comentó que no tomaba café porque las auxiliares se lo servían y que nunca le ponían la cantidad que ella quería. Hablamos y vimos que no había ningún inconveniente en que ella se lo sirviera. Al día siguiente se nos enfadó porque ella quería que se lo sirviésemos nosotros que ya se había acostumbrado y que no quería cambios. Esta misma residente que mantiene totalmente sus facultades cognitivas pero que necesita de ayuda para las AVD, también pidió en sus diez mandamientos que no quería dormir tanto la siesta. Analizamos la situación y cambiamos el orden de personas a las que se les levanta de la siesta poniéndola a ella de las primeras. A los dos días tampoco quería eso, vino a decir que ella quería levantarse cuando quisiera, hoy antes, mañana después y que fuera atendida cuando ella pulsara el timbre. Quien diga que eso es posible en un centro está cayendo en una falacia. Para que eso fuera posible en mi centro tendría que haber una auxiliar por residente las 24 horas del día, es obvio que es inviable.
El cien por cien de nuestros residentes están aquí porque no pueden estar en sus casas, ellos mismos reconocen que no pueden cuidarse, aunque algunos de ellos están convencidos que sus hijos podrían haberles atendido para no ingresar en la residencia. Todos ellos están muy pendientes de su salud y requieren atención médica en exceso, les puede el miedo a la enfermedad. Vienen con unas costumbres y hábitos que en muchos casos se alejan mucho de ser saludables ¿qué hacemos? ¿respetamos su voluntad aunque sea dañina para los males que ellos mismos quieren y desean evitar? Cuando leo a los expertos en ACP veo con mucha frecuencia las palabras “resolución de conflictos”, “dialogo”, "pacto", etc. Pero hay algo que nos falta en todo el proceso que es tiempo, un tiempo para poder hacer las cosas exhaustivamente, un tiempo para poder gestionar los conflictos, para poder resolver los problemas, un tiempo para todo. Un buen plan de atención debe reflejar las preferencias, deseos, necesidades de una persona, es el resumen de toda una vida y necesita de una ejecución rápida.
Sigo muy de cerca el desarrollo de las unidades de convivencia de mi comunidad y sigo con mi escepticismo, leo el comienzo de una noticia aparecida hace unos días en referencia a los buenos resultados de una de ellas:
"Me levanto por la mañana, me aseo, hago la cama y después de desayunar me pongo a doblar servilletas, ciento y pico al día……..
"Otras de las residentes, recordaban también con precisión la fecha de su cumpleaños ya que las onomásticas se convierten en una fiesta especial donde cada una puede pedir o cocinar el plato que más desee…..
Tengo que decir que estos dos ejemplos son actividades que en mi centro y supongo que en muchos se hacen desde hace muchísimos años aunque no le hubiéramos puesto el apellido de ACP.
Leo también:
"La Consejería de Familia trabaja en la regulación normativa del modelo de atención 'En mi casa' para homogeneizar el funcionamiento de los centros multiservicios y las unidades de convivencia en todas las residencias de la Comunidad…
"La novedad de este tipo de servicios es la atención personalizada que busca la mayor autonomía del residente, en parte porque elige las actividades a realizar, los horarios y mantienen sus aficiones de su vida anterior pero siempre bajo la atención de un mismo profesional de referencia que les acompaña de forma permanente….
¿Eligen las actividades? Claro como en todos los centros, eligen si quieren o no hacerlas y proponen las que les gustan. ¿Eligen los horarios? Supongo que como en mi centro, se tiene en cuenta a la persona que es más dormilona o la que se quiere levantar antes pero siempre dentro de una franja, eligen si comen en el primer o segundo turno., eligen pasear o no, eligen la ropa que se ponen, etc.
En cuanto a la normativa vamos a ver en qué acaba, mucha de la existente como ya hemos dicho en numerosas ocasiones va en contra de la ACP tanto en las formas como en el fondo. Sería una contradicción que existiera una normativa distinta para las Unidades de Convivencia, máxime cuando esas unidades están coexistiendo dentro de Centros con un funcionamiento ajustado a la normativa vigente.
Me parece fabuloso que las personas que están en una residencia tengan una asistencia personalizada en lo que se pueda, pero no en detrimento de otras personas del mismo centro, por ejemplo la Sra que dice que no toma café por que se lo sirven diferente a como ella quisiera y luego se queja de que no se le sirve, no se le tiene que tener en cuenta, ya que lo único que quiere es que estén por ella y para ella, a eso se le llama egoísmo, no tiene otra palabra, ahora quiero dormir más, ahora menos, por Dios! No se le tiene que tener en cuenta, seria diferente que dijera yo no quiero hacer la siesta, prefiero estar viendo la tele o escuchando la radio, porque así por las noches descanso más y duermo mejor, pero si se quiere hacer la siesta, se empieza por el turno 1 para acostarlas tanto como para levantarlas, y se sigue con el turno 2 del mismo modo, cambiando los turnos cada semana. Si estando en casa y siendo jóvenes se come todos juntos, o según el horario de trabajo, como no en un centro que hay muchas personas que atender, y pocas para hacerlo, se puede ser complaciente en según que cosas y según cuando, pero no en la marcha del buen funcionamiento de un centro, no se puede dejar en manos de personas déspotas ni egoístas tengan la edad que tengan. Si esta semana le toca comer en el primer turno, la semana siguiente en el turno contrario, y todos a pasar por el tubo, ahora si, estaría bien si alguien tiene que salir por la causa que sea a una hora más temprana que la que normalmente saldría al acabar de comer por el turno que le tocara,, en estos casos que deben de ser pocos, se soluciona parando una mesa aparte, para los comensales que tengan, por una fuerza mayor que cambiar de turno de comedor sin perjuicio de los turnos habituales ni sus comensales. Las personas mayores no son capaces de de pensar en otros que no sean ellos, en general, siempre hay personas comprensibles y con la cabeza clara, pero a estas edades son los menos, tienen miedo a morir, a estar enfermos, y todos se vuelven un poco hipocondríacos. Lo importante,a mi modo de ver es bueno tenerlos entretenidos y un poco de baile cada tarde, sobre todo en invierno les animaría y dejarían de pensar en tonterías, yo si fuera una responsable en invierno cambiaría la siesta por baile y música. Llegarían a la hora de cenar cansados y dormirían por las noches mucho mejor. Pero no debes de comerte tanto la cabeza ojala todos los residentes tuvieran una persona buena sensible e inteligente como tu.
ResponderEliminarEs todo complicado porque muchas cosas de las que comentas son ciertas, cuando nos vamos haciendo mayores nuestro egoísmo, producto del miedo, aflora y en muchas ocasiones fomentado por la familia. Más de una vez hemos oído en nuestro centro comentarios hacia los residentes de su familia: "para eso pagas para que te lo hagan todo". El problema que a mi y a muchos profesionales nos preocupa es querer atender a las personas mayores de forma individual y teniendo en cuenta su historia de vida. Trabajo en una residencia rural con personas del entorno que no tienen nada que ver con la persona de ciudad, con costumbres muy diferentes y tratamos de que se sientan bien e integradas en el Centro. Queremos que sientan la residencia como su hogar pero tampoco podemos pretender que sea como en su casa, eso ahora ni nunca será posible
EliminarApreciada Luisa, muchas gracias por citarme a mí y a mi blog en el tuyo. Creo que somos seguidores recíprocos y me encantó que nos pudiéramos conocer en Salamanca el año pasado.
ResponderEliminarSobre lo que escribes, he escuchado ejemplos parecidos referidos a la posibilidad de elegir la comida y cosas parecidas. Yo llego a la conclusión de que la atención centrada en la persona debería llamarse "atención centrada en las personas" porque en una residencia se atiende a muchas y como dijo aquel, "cada cual es cada cual y tiene sus cadacualadas". Pongo un ejemplo en primera persona: Imaginemos que unos amigos me llaman para quedar, yo estoy cansado y me excuso. Al cabo de unas semanas me vuelven a llamar, pero esa noche no me apetece salir y me excuso. Al cabo de otras semanas quedan y no me llaman, entonces yo me enfado porque me han excluido. ¿Es eso posible? Claro que lo es. También es posible que cuando viva en una residencia (si soy del 5% de los mayores que acaban haciéndolo) quizás mi deseo de quejarme sobre cómo me ponen el café sea superior a mis ganas de que me pongan el café como más me gusta.
Cuando en Inforesidencias.com fuimos de viaje a conocer residencias en Austria, estuvimos en unas viviendas compartidas que se parecían remotamente al housing. Vivían personas bastante válidas y otras dependientes. Nos pareció muy bucólico y bonito y cuando les preguntamos qué hacían para mantener esa armonía nos dijeron que si se reunían y una mayoría cualificada decidía que alguien del grupo no era adecuado para convivir con los demás éste (o ésta) tenían la obligación de irse. O sea, que el sistema se centraba en la persona hasta un punto.
En fin, que te seguiré leyendo. Un abrazo. Josep
Josep tienes mucha razón en lo que dices. A veces tengo la sensación de que las personas que estudian los modelos y nos dicen todo lo que debemos hacer y no hacer no han estado en una residencia más que de visita. El día a día es el que nos da las reglas del juego por mucho que nos empeñemos en lo contrario.
EliminarEs siempre un placer leerte.
Estimados Sres. (Luisa y Josep),
Eliminarsoy un recién llegado a ambos blogs, y dispongo de un limitado conocimiento del día a día de las residencias. A pesar de ello, es un tema que me interesa y me preocupa mucho.
Observo en la literatura que surge en torno a la Atención Centrada en la Persona, que la idea como necesidad y camino a seguir, choca algunas veces con la realidad, y los recursos existentes (y cito, "se necesitaría una auxiliar por residente las 24 horas"). Ante esto, y lo digo desde mi desconocimiento, ¿no se podría cambiar el modelo y especializar las residencias por nivel de actividad para que pudieran ser escogidas por el residente? Tendrían una clasificación según la intervención en los residentes, de nivel 0 (casi Housing) a nivel 10 (con una participación mas activa en el residente). Evidentemente, ello implicaría problemas como distancia entre familiares y residentes, o algún tipo de asociación entre residencias privadas. Pero puede, y solo puede, beneficiaría a una efectiva aplicación de la Atención Centrada en la Persona. ¿Es esta una idea muy absurda?
Les felicito por su dedicación tan profesional para beneficio de todos nosotros y nuestros mayores.
Atentamente,
Samuel LC
Estimado Samuel entiendo que lo que usted plantea es que las residencias se clasifiquen por nivel de atención a los usuarios. En España eso ya existió había residencias para personas válidas y residencias para personas asistidas, así se denominaban. Pero hay que tener en cuenta que cuando una persona es mayor su fragilidad está presente y hoy martes puedes valerte por si mismo y mañana miércoles necesitar ayuda para todas las actividades de la vida diaria. Eso conlleva que tendrías que cambiar de centro. El problema de la atención a personas mayores es la falta de recursos económicos y/o de ayudas. La atención fundamentalmente mejora si se mejoran los ratios de personal, eso es evidente. En mi zona la pensión media es de 650€ y eso es con lo que hay que contar. Milagros no hay. Los gestores tenemos que ingeniárnoslas para dar una atención de calidad desde unos planteamientos realistas y caminar hacia el cambio. Gracias por su comentario
ResponderEliminarLuisa sigo tu blog desde hace tiempo y comparto contigo lo difícil que es la gestión con falta de recursos y otro tipo de problemas.
ResponderEliminarTe invito que visites mi blog está en construcción ,he empezado en Enero a publicar mis post. mayoresenmitierra.blogspot.com.es
Creo que eres una gran profesional por lo que escribes además de buena persona, te felicito por tu blog
un saludo
Muchísimas gracias por tu comentario, yo trabajo en la provincia de Zamora pero tengo mi domicilio la mitad del año en Salamanca que es de donde veo que escribes.La gestión es difícil siempre, si no hay los recursos que uno quisiera hay que echarle imaginación pero siempre desde la profesionalidad. Si los hay tampoco creas que es tan fácil. Hice prácticas de gestión en Salamanca en un centro con muchos recursos y con residentes con gran poder económico, los problemas eran similares con distintos matices claro. Leeré tu blog con interés y seguro que aprenderé cosas. Un saludo
ResponderEliminarPerfecta entrada, Lucía. Nosotros en Dahimar intentamos dar siempre la máxima excelencia y es que nuestros mayores, todos, se merecen el mejor trato que existe. Un saludo y nos seguimos leyendo!
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