Funcionamiento y reflexiones sobre la vida diaria de una residencia para personas mayores.
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viernes, 26 de abril de 2013
Unidades de convivencia
Tengo un poco abandonado el blog , sin embargo todos los días me surgen temas y cuestiones para reflexionar y comentar. Vivimos unos momentos muy complicados para todos y también para nuestros mayores. Se han recortado las prestaciones de la Ley de Dependencia, en muchos casos con razón y racionalidad y en otros….lo dejo ahí. Las familias también están muy crispadas, en parte por sus propias situaciones personales, otra parte porque de alguna manera contaban con el patrimonio de sus ascendientes que ven disminuir para contribuir a su atención. Las residencias no tenemos el cien por cien de ocupación, las personas que ingresan lo hacen en condiciones prácticamente terminales y a los profesionales nos duelen estas situaciones, vemos que la calidad de vida hubiera sido más positiva dentro de un centro si el ingreso se hubiera producido antes.
Se ha iniciado en nuestra Comunidad Autónoma una experiencia piloto lo que se ha denominado “Unidades de Convivencia”, se ha presentado un informe en el que se habla de sus bondades aunque señalan cosas a corregir. Reconozco que el tema es apasionante pero sin embargo me plantea muchas dudas. Por una parte se ha tomado un modelo de otros países con una cultura muy diferente a la nuestra, donde generalmente no existe la propiedad de la vivienda, con lo que las personas no están apegadas a un sitio, facilitando que en un momento determinado decidan cambiar su vivienda de alquiler por esas unidades.
Se ha señalado en el informe problemas de convivencia y eso tiene difícil solución. En cualquier centro el 70% de los problemas son de este tipo pero se solucionan por si solos con cambios de habitación o interviniendo mínimamente. ¿Cómo se solucionan unidades de convivencia de doce personas? Se habla de que los residentes colaboran en todas las actividades y tareas diarias, creo que hay que trabajar primero la mentalidad tanto de los posibles residentes como la nuestra. Decirle a alguien que va a pagar una atención pero que al mismo tiempo va a tener que colaborar en las tareas domésticas no creo que sea tarea fácil. Y hablando de dinero, otro de los grandes inconvenientes es el coste económico, en el informe se comentaba que no se había valorado ese tema y quizá es con lo primero que hay que contar. Ya dije en alguna ocasión que un modelo de este tipo saldría adelante si era viable económicamente, tanto para los mayores como para los centros y la Administración. La organización de recursos humanos y materiales me parece en estos momentos un tanto compleja. Estoy de acuerdo con las normas que garantizan que todos hagamos las cosas de una manera correcta pero sin embargo reconozco un exceso de ellas que muchas veces dificultan cualquier cambio o innovación. En el próximo mes voy a visitar esta experiencia e intentaré ir con la mente abierta pero con preguntas que me permitan aclarar y apostar por este tipo de atención a nuestros mayores. En lo que cada día estamos más de acuerdo los profesionales es en un modelo de atención centrada en la persona, ya sea en estas “unidades de convivencia” o en el medio tradicional. Queda mucho por desarrollar y afinar, hay que adaptarlo a todo tipo de residentes y en todos los medios y para eso hay que trabajar duro y empezar a divulgar este modelo, al fin y al cabo trabajamos para nosotros que dentro de más o menos años seremos mayores y necesitaremos atención.
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