Funcionamiento y reflexiones sobre la vida diaria de una residencia para personas mayores.
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viernes, 18 de julio de 2014
La importancia de la familia
Hoy se nos fue otra de nuestras personas especiales. Era una joven persona mayor. Llegó a nuestro centro con una salud precaria pero con plenas facultades mentales. Desde el primer día le dijimos que no le queríamos encerrado, que tenía que seguir haciendo su vida normal, yendo con sus amigos, acercándose con su coche a su casa, lo mismo que había estado haciendo hasta ese momento. Con él también hemos aplicado la atención centrada en la persona de una manera natural y lógica, respetamos siempre su vida y sus costumbres. Le dimos total libertad de horarios, en verano después de cenar salía a la terraza de un bar del pueblo y con esa libertad ha estado viviendo hasta hace apenas tres meses, que su pequeña salud no quiso acompañarle. Han sido unos meses difíciles, no por el trabajo que nos haya dado, sino porque todo el personal sufría viendo que él lloraba conocedor de su final y que su cabeza no le acompañaba en algunos momentos. Lo ha pasado mal, era un hombre pudoroso y nos ha costado poder ayudarle en el día a día. Tampoco podía expresarse con claridad y eso le desesperaba en algunos momentos. Su final ha sido tranquilo rodeado de los suyos y de una figura especial que nos ha dejado huella: su hermana. Una mujer que siempre ha estado ahí incondicionalmente que corría en cuanto la llamábamos junto con su marido y que siempre ha tenido palabras de agradecimiento hacia nosotros. Siempre recordamos a nuestros residentes y hablamos mucho de los que se han ido pero también lo hacemos de aquellas familias que nos han ayudado a cuidarles, que nos han apoyado y que nos alientan en nuestro trabajo. Tus palabras de hoy nos llenan de orgullo. Gracias Almudena
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