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martes, 11 de enero de 2011

La crisis y las personas mayores

Comenzó un año nuevo, un año marcado por la crisis y una crisis que se va recrudeciendo para todos. Tan sólo llevamos once días del 2011 y me ha sorprendido escuchar en varios círculos de gente distintos y distantes un mismo argumento. ¿Por qué dar ayudas a las personas mayores? ¿Por qué gastar dinero y recursos en su salud y su situación social? Hay que ayudar a la gente joven, seguir con el cheque-bebé, aumentar el tiempo en las prestaciones del paro y así una larga lista de reclamaciones a favor de la juventud y en contra de los ancianos. Me parece muy injusto el planteamiento. Soy madre de dos jóvenes, una de ellas comenzando su andadura laboral y otra estudiando aún, sin ningún tipo de ayudas. Lo siento pero creo que las personas mayores deben ser protegidas. La generación de octogenarios actual es una generación que pasó privaciones, una guerra civil, muchos de ellos no conocieron algunas de las comodidades imprescindibles hoy en día, hasta que no fueron cincuentones. Trabajaron mucho y gastaron bien poco y aún así no lograron tener lo suficiente para poder vivir su vejez sin sobresaltos. La crisis no debe nunca servir para enfrentar colectivos pero sobre todo tenemos que pensar que a ancianos vamos o van a llegar, una mayoría de las personas que hoy creen que no merece la pena gastar recursos en este colectivo.

2 comentarios:

  1. En principio desearle un año lo más cargado de salud y de buenas sensaciones. Con respecto a su reflexión de la crisis y las personas mayores, no puedo por menos de sentir una cierta tristeza cuando hay personas, supongo que con cierto deficit de conocimientos y de sentimientos, que comparan, o asocian, o lo intentan, la manoseada crisis y las personas mayores, y ésto no lo califico de error, me atrevo a calificarlo de escandaloso y degenerativo, emocionalmente hablando. El pueblo, el colectivo, la nación, la tribu, que no cuida de sus mayores, en principio está autodestruyendo su razón de haber sido y de ser, y posteriormente desaparecerá de la historia. Es cierto que son hipótesis radicales y por ahora, imposibles de llegar a ser realidad. Estamos recientemente asistiendo al esfuerzo de todos por asegurarnos una vejez, un estadio final, al menos con las menos penurias posibles, y para éso se están aportando iniciativas y proyectos que seguro cristalizarán, porque las prestaciones sociales a éstos colectivos, como tambíen a los jóvenes, deben ser prioridad socio-económica. Por eso, aunque me entristezca haberme enterado por su reflexión que hay personas que cuestionan un derecho tan fundamental como imprescindible, también me tranquiliza que el sentido común y la historia, deben de seguir trazando su camino. Aprovecho, para de igual forma, sentirme agradecido por la labor y esfuerzo de todos los que se dedican a éste noble empeño de cuidar a los que han llegado o llegarán a sentirse mayores.

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  2. Muy acertado su pensamiento. Le agradezco mucho su participación y le animo a que sigamos reflexionando juntos.

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