Funcionamiento y reflexiones sobre la vida diaria de una residencia para personas mayores.
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sábado, 8 de junio de 2013
¿Quién se ocupa de las gallinas?
Hace unos días he tenido la oportunidad de conocer personalmente la experiencia piloto de la Junta de Castilla y León de Unidades de Convivencia. Vaya por delante mi respeto y admiración por las personas que aunque sea por buscar opciones para sobrevivir han empezado a creer que las cosas podrían cambiar.
Una vez dicho esto y esperando que si alguien lo lee no lo tome como una crítica destructiva comienzo por decir que nada es lo que parece. Lo que yo ví fue un lavado de cara de una residencia pública, se ha adornado y nunca mejor dicho el escenario y se nos dice que eso son las “unidades de convivencia”. ¿Qué ha cambiado en las habitaciones? Se han pintado y se les ha dado un aire semimoderno, con muebles comprados en esa tienda donde los que trabajamos somos los compradores, se han puesto fotos y algunos adornos personales pero de una manera muy estudiada. En muy pocas de ellas se veía la mano de la persona mayor. Por cierto unas habitaciones muy muy pequeñas. En los pasillos también se han colocado muebles y adornos y al parecer no molestan ni estorban, yo llevaba bolso y casi le dí a uno de ellos. En las salas comunes lo que yo ví fue a bastantes residentes con un gran nivel de dependencia, la mayoría de ellos en silla de ruedas. No vi que hicieran la comida, lo que vi fue que una auxiliar estaba haciendo unas natillas, creí entender que los miércoles cocinan algo siempre (día dedicado a las visitas) pero no la comida diaria, entre otras cosas la pequeña cocina que tienen montada ni siquiera lo permitiría. No vi a personas “válidas”, miento, vi a dos, una de ellas habló con nosotros cinco minutos y se fue, abandonando la unidad y la otra persona estaba en su habitación con lo que me queda la duda de la convivencia en espacios reducidos de residentes con distintos tipos de dependencia, Visitamos también el centro de día que me causó muy buena impresión y vimos las famosas gallinas de las que habla todo el mundo. Tengo que decir que no logramos saber quién de verdad atendía y limpiaba las gallinas, hay quien nos ha apuntado que va un taller de empleo. Los que nos quedó muy claro es que muchas de las cosas que han hecho en ese centro son normativamente imposibles. Estuvimos intentando aclararnos con el coste real de ese tipo de centro y olvídense si tienen que pagarlo porque no hay pensión que lo aguante ni debería haber Administración que lo financie en estos momentos. Sin contar con las reformas estructurales y para que se hagan una idea nos hablaron de 11 personas de atención directa para cada unidad de 12 residentes o sea que en nuestro centro que cumplimos con exceso la ratio que se marca normativamente tendríamos un incremento en el coste mensual de más de 40.000 euros, solo en este apartado la persona mayor tendría que aumentar su pago mensual en 1.000€.
Mi conclusión es clara, hay que cambiar el modelo de atención pero desde la realidad económica, no podemos plantearnos imposibles y menos desde la Administración. En unos momentos en los que las prestaciones económicas para la dependencia bajan, cuando se cuestiona la viabilidad del sistema de pensiones no se pueden iniciar modelos que no se pueden asumir. Pero lo que si se debe exigir es que la atención se preste de una manera individual, debemos apostar por el modelo de atención centrado en la persona. La Administración tiene que ayudar a los centros a poder llevar a cabo los cambios necesarios para que los profesionales (desde la dirección hasta el personal de limpieza) tengamos la formación que nos permita cambiar el modelo. Tiene que ser la aliada que facilite, guie y potencie los mecanismos que precisemos. No renuncio a que los centros también cambien sus estructuras físicas y se hagan más “casas” que “hospitales” pero de una manera lógica, factible y racional. Una de las impresiones más positivas que tuve de lo que vi y a lo que concedo mucha importancia fue la paz que había en esas salas que repito eran de personas muy dependientes. Por ello apuesto por los espacios pequeños donde estar en vez de grandes salones. Seguiremos con atención e interés la evolución de estas experiencias que estoy segura se quedarán en eso: experiencias, aún así intentaremos sacar las pequeñas o grandes cosas positivas intentándolas adaptar a nuestra realidad.
viernes, 26 de abril de 2013
Unidades de convivencia
Tengo un poco abandonado el blog , sin embargo todos los días me surgen temas y cuestiones para reflexionar y comentar. Vivimos unos momentos muy complicados para todos y también para nuestros mayores. Se han recortado las prestaciones de la Ley de Dependencia, en muchos casos con razón y racionalidad y en otros….lo dejo ahí. Las familias también están muy crispadas, en parte por sus propias situaciones personales, otra parte porque de alguna manera contaban con el patrimonio de sus ascendientes que ven disminuir para contribuir a su atención. Las residencias no tenemos el cien por cien de ocupación, las personas que ingresan lo hacen en condiciones prácticamente terminales y a los profesionales nos duelen estas situaciones, vemos que la calidad de vida hubiera sido más positiva dentro de un centro si el ingreso se hubiera producido antes.
Se ha iniciado en nuestra Comunidad Autónoma una experiencia piloto lo que se ha denominado “Unidades de Convivencia”, se ha presentado un informe en el que se habla de sus bondades aunque señalan cosas a corregir. Reconozco que el tema es apasionante pero sin embargo me plantea muchas dudas. Por una parte se ha tomado un modelo de otros países con una cultura muy diferente a la nuestra, donde generalmente no existe la propiedad de la vivienda, con lo que las personas no están apegadas a un sitio, facilitando que en un momento determinado decidan cambiar su vivienda de alquiler por esas unidades.
Se ha señalado en el informe problemas de convivencia y eso tiene difícil solución. En cualquier centro el 70% de los problemas son de este tipo pero se solucionan por si solos con cambios de habitación o interviniendo mínimamente. ¿Cómo se solucionan unidades de convivencia de doce personas? Se habla de que los residentes colaboran en todas las actividades y tareas diarias, creo que hay que trabajar primero la mentalidad tanto de los posibles residentes como la nuestra. Decirle a alguien que va a pagar una atención pero que al mismo tiempo va a tener que colaborar en las tareas domésticas no creo que sea tarea fácil. Y hablando de dinero, otro de los grandes inconvenientes es el coste económico, en el informe se comentaba que no se había valorado ese tema y quizá es con lo primero que hay que contar. Ya dije en alguna ocasión que un modelo de este tipo saldría adelante si era viable económicamente, tanto para los mayores como para los centros y la Administración. La organización de recursos humanos y materiales me parece en estos momentos un tanto compleja. Estoy de acuerdo con las normas que garantizan que todos hagamos las cosas de una manera correcta pero sin embargo reconozco un exceso de ellas que muchas veces dificultan cualquier cambio o innovación. En el próximo mes voy a visitar esta experiencia e intentaré ir con la mente abierta pero con preguntas que me permitan aclarar y apostar por este tipo de atención a nuestros mayores. En lo que cada día estamos más de acuerdo los profesionales es en un modelo de atención centrada en la persona, ya sea en estas “unidades de convivencia” o en el medio tradicional. Queda mucho por desarrollar y afinar, hay que adaptarlo a todo tipo de residentes y en todos los medios y para eso hay que trabajar duro y empezar a divulgar este modelo, al fin y al cabo trabajamos para nosotros que dentro de más o menos años seremos mayores y necesitaremos atención.
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