Funcionamiento y reflexiones sobre la vida diaria de una residencia para personas mayores.
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jueves, 2 de enero de 2014
Honestidad
Sí, hay que comenzar el año siendo honestos. En el Centro estamos algo disgustados. Hemos tenido un tiempo a una residente que por sus características y patologías no ha sido posible que continuara con nosotros. Hemos intentado todo lo que estaba a nuestro alcance. Se generó una situación que afectaba de manera preocupante a la convivencia y tuvimos muy a nuestro pesar que reconocer que no podíamos manejar la situación. Siempre he defendido que no todas las residencias son iguales ni valen para todo. Nosotros no tenemos los medios suficientes para hacer frente a las necesidades de algunas patologías mentales. Hace un mes se lo comuniqué a la familia y les recomendé un centro específico, un centro especializado donde pudieran reconducir su conducta, no sólo de manera química, y lo que es más importante que la persona pudiera ser feliz porque lo que estaba claro es que en nuestro centro no lo era. Mi sorpresa ha sido que la han trasladado a otro centro de las mismas características y con los mismos medios que el nuestro. Me queda la duda de si el nuevo centro conoce la realidad de esta persona o como muchas veces ocurre la familia “disfraza” esa realidad. Tampoco es la primera vez que un centro “engaña” diciendo que ellos pueden con lo que venga y más tarde o temprano la persona acaba en un centro especializado, después de perder el tiempo de centro en centro. No todo vale, hay personas mayores con demencia que necesitan unos cuidados y unas infraestructuras especiales que no están presentes ni tienen por qué en las residencias normales. Por esa razón hay que ser honestos y nunca debe ser tomada esa honestidad como un “quererse librar” de la persona molesta. Nos duele no haber podido con la situación, a nosotros más que a nadie, pero hemos aprendido a ser humildes y a saber reconocer que no sabemos de todo y que hay centros específicos donde estamos seguros que pueden reconducir la conducta de una manera profesional. Creo que no he felicitado el año nuevo así que ¡Feliz año 2014! Espero estar un año más compartiendo el día a día de una residencia pequeñita de tamaño, pero llena de personas que queremos hacer las cosas bien, ¡queremos ser honestos con nuestros mayores!
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DESHONESTIDAD.
ResponderEliminarAsí titularía mi comentario a tenor de su interesante y clarificadora aportación en el blog.
Como siempre nos hace una exposición verosímil, no hay por qué dudar de ella, de los entresijos y entre costuras, por emplear un término muy de actualidad, que se desarrollan y conviven con las conductas que se dan cita en ésos ambientes que muchos desconocemos por falta de información, de informadores fiables, y aquí ya empiezo a emplear la palabra, y honestos.
Como no me cabe duda de que muchos de los que seguimos su blog estamos en la potencial posibilidad de hacer uso de ésos servicios, que yo diría humanitarios, aunque tengan que ser sostenibles en la medida de las posibilidades individuales más que por la colectividad, por la situación deficitaria en la nos encontramos, nos reconforta saber de la existencia de la honestidad, cuando casi todo lo que nos rodea invita a pensar en su presunta presencia.
Supongo que algunos profesionales del sector, al leer su blog y aportaciones como la que nos ocupa en éste caso, tendrían que hacer esfuerzos profesionales y humanos para no caer en la DESHONESTIDAD.
Nada más, sólo animarle a seguir en la misma línea de conducta.
Un saludo.