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miércoles, 3 de marzo de 2010

"Soy mayor luego estoy enfermo"

Cuando llegamos a mayores tomamos distintas actitudes con respecto a nuestras visitas al médico. Hay quien presume de no tomar una sola pastilla y quien no sale de la consulta. Curiosamente estos últimos nunca suelen tener nada más que los achaques propios de la edad. A pesar de saberlo siempre tenemos que pasarles al médico y hay veces que tenemos que mirar para otro lado porque reirnos sería una falta de educación. Hoy una señora ha pedido ser vista por el doctor porque "las cervicales se le suben a la cabeza y le ahogan". Creo recordar que es la quinta vez que es vista por este motivo. ¿Qué puede hacer el profesional ? No le queda otra opción que tomarlo con humor y tranquilizar a la paciente. Pero claro, si no le ha puesto medicación es como si no le hubiera hecho caso,  el resultado será que dentro de unos días las cervicales volverán a moverse hacia su cabeza. Hay residentes que compiten a ver quién está más enfermo e incluso consideran que si no les ingresamos en el hospital no van a curarse y les vamos a dejar morir. La culpa es un poco de todos. Vengo repitiendo a quien me oye a diario que una residencia no debe ser sinónimo de hospital, ni en las formas de trabajo ni en la percepción de residentes y familias. El tener un médico diariamente no tiene que significar que todos los días deba ver a los mayores, ni hacer ronda como en los hospitales. Ser mayor no es sinónimo de ser un enfermo y todos debemos hacer un esfuerzo por hacer de la vida de nuestros ancianos una vida normal, limitada sólamente por las características de su edad.

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