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martes, 9 de marzo de 2010

Un pequeño brindis

Acabo de terminar de comer en la Residencia. Todos los días lo hago en compañía de las gerocultoras del turno de mañana, nuestra empresa nos lo facilita para que ellas puedan terminar con tranquilidad el turno. Si no lo hicieran, unas veces estarían muertas de hambre y otras pensando que no habían hecho la comida todavía. De este modo conseguimos que no se agobien cuando va a llegar la hora de acabar. La mayoría de los días comentamos anécdotas y nos reímos con las ocurrencias de los residentes y las nuestras propias. Una de las gerocultoras I…. me decía que leía el blog todos los días, ¡uf qué calorina me ha entrado! Se lo comenté a varias el otro día porque me parecía justo que supiesen que son protagonistas también de esta historia, no me resta libertad que me lean porque creo que casi todas saben lo que pienso y como lo pienso. I… es una de las personas que en estos cinco años que llevo en el centro ha ido aprendiendo y mejorando, todavía le queda mucho pero creo que en unos años será una gran profesional. Ella también sabe en qué debe mejorar así que en sus manos está. Como sé que me va a leer, le brindo este pequeño guiño para continuar en este viaje, tan reconfortante unas veces y tan amargo otras.

2 comentarios:

  1. No hubiera pensado que las trabajadoras conocieran el blog! Estaría bien que I... y el resto del equipo escribieran de vez en cuando y conociéramos el día a día en una residencia desde todos los puntos de vista. :-)

    LMN

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  2. LMN quita quita!! Muchas veces de broma comentamos que como yo soy mayor que ella algún día lo mismo me tienen a mi de residente. Una de ellas me decía que si mis hijas me querían ¡no debían llevarme allí! Espero que no hablen en serio, ¡menudo futuro!

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